¿Sabes en qué consiste esta forma de ligar?
En los últimos años, las relaciones personales han cambiado con la popularización de las redes sociales. Las tecnologías han hecho que nos relacionemos de otra forma y eso afecta a todas las facetas de nuestra vida.
Ya sea con la familia, los amigos, los compañeros de trabajo o la pareja, internet lo ha cambiado todo. Y, como no podía ser de otra forma, eso incluye el amor. De hecho, son muchas las aplicaciones para citas disponibles, y una de las más populares: Tinder, ya supera la década de vida. Pero en este entorno tan diverso la generación Z ha dado forma a una tendencia: el hardballing. Abordamos en qué consiste esta manera de ligar en el siglo XXI.
¿Qué es el hardballing?
El hardballing es una tendencia popularizada en los últimos tiempos por la generación Z. Esta hace referencia a los nacidos entre finales de los 90 y mediados de la del 2000. El hardballing se centra en ligar con sinceridad absoluta, a través de una comunicación directa que no deja ningún resquicio a los dobles sentidos o jugueteos con intenciones confusas.
El término en inglés, que haría referencia a la idea de salir con intención, se centra en ser honesto en las citas y no perder el tiempo dando rodeos. Así que no se debe postergar esa conversación o esa manifestación de lo que se está buscando. Por supuesto, esta práctica choca por completo con esa actitud de algunas personas de engañar a otra con respecto a lo que se quiere para conseguir lo que se desea.
De tal modo, para poder practicar hardballing debes ser sincero contigo mismo primero. Puesto que si te engañas a ti, también estarás engañando a los demás. La sinceridad sobre lo que se quiere y las expectativas que se tienen deben mostrarse desde el primer momento. Y esto implica hacerlo no solo durante la primera cita, sino incluso antes. No olvidemos que las relaciones de cualquier tipo surgen también a través de redes sociales, mensajes de texto y aplicaciones para citas.
Práctica del hardballing
Así las cosas, practicar hadballling es sencillo. Solo se trata de actuar con sinceridad y respeto en el momento de ligar o entablar una posible relación. A efectos prácticos, si buscas una relación convencional con hijos, solo has de indicarlo en la descripción de tu perfil en la red o aplicación de citas que uses para ser un hardballer. De igual modo, deberás hacer lo mismo si lo único que quieres es tener relaciones sin compromiso o lo que buscas es un compañero para compartir aficiones.
Breadcrumbing y ghosting
A efectos prácticos, el hardballing o regresar a esa sinceridad tan necesaria siempre en toda relación se refuerza como tendencia frente al ghosting y al breadcrumbing. Estos son dos comportamientos dañinos que se deben evitar en todo momento, aunque no podemos negar que también están en auge.
El ghosting aboga por desaparecer de una relación sin dar explicaciones y cortar el contacto sin más, señal la mayoría de las veces de inmadurez. Y el breadcumbring pretende tener a la otra persona enganchada emocionalmente con pequeños gestos y atenciones (migajas de afecto), apareciendo y desapareciendo de la relación al antojo y conveniencia de quien lo practica.
No cabe duda de que ninguna de estas conductas es saludable. Tanto es así que debemos cortarla cuanto antes si somos objeto de alguna de ellas. La manipulación o el chantaje emocional que tácticas como el ghosting o el breadcrumbing implican nunca deben formar parte de las relaciones sanas entre las personas, ya sean familia, pareja o amigos.
Cuestión de sinceridad
Siendo sincero contigo mismo y con el otro, no solo ahorrarás tiempo, sino también evitarás las relaciones tóxicas o hacerte daño a ti creyendo reales situaciones que no lo son, o enamorándote de una imagen ficticia que no es real. Con la sinceridad desde el primer momento, podrás encontrar más fácilmente lo que quieres y no contribuirás a que otra persona caiga en el autoengaño por tu culpa.
Con esa actitud honesta todas las personas inmersas en algún tipo de relación salen beneficiadas, aunque no hay que olvidar jamás que debe practicarse con respeto y educación. Recuerda que, como tú, todos los demás tienen sentimientos y pueden sentirse molestos o heridos si no se les dicen las cosas de una manera adecuada o con cierto tacto.
Por supuesto, siempre habrá quien diga al otro lo que quiera oír para conseguir lo que quiere, pero en tu mano está dejar claro desde el primer momento en qué línea te encuentras, por qué cosas no pasarías jamás y qué es para ti lo más importante. Una actitud que vale la pena adoptar en todas nuestras relaciones personales, y no solo en las amorosas.
Deja una respuesta